Frente al ordenador. 

Así es como nos encontramos a diario los profesionales de medios de comunicación. Tenemos que escribir para locutar, subir a la web o llevar a imprenta aquello que los espectadores o lectores encontrarán en televisión, radio, periódicos e Internet. 

Un proceso que, cada vez, es menos sencillo. Durante ese período de tiempo se reciben llamadas, visitas a la mesa de personas de ‘rango’ superior que tratan intervenir en nuestro trabajo, etc. El periodista quisiera, entonces, encontrarse en una burbuja, mantenerse aislado y no sufrir interferencias que mermen la finalidad y objetivo que se persigue: informar, y bien. 

Aunque encontremos esos factores externos que tratan de interponerse entre el profesional y su ordenador, debemos obviarlos, espantarlos como si de una mosca que no para de molestar se tratase y continuar con nuestro cometido. Volver al origen de este trabajo y reducir todo aquello que disminuya la fuerza del mensaje entre el emisor y el receptor. 

Escribir, leer, volver a escribir, releer y dar por concluido nuestro texto cuando sólo nosotros estemos seguros de ello, con responsabilidad y profesionalidad. De eso sólo sabemos los periodistas.

Con la esperanza en que la noticia vaya en sintonía con el octavo Mandamiento, Almería puede recuperar uno de los símbolos más emblemáticos del Parque Natural de Cabo de Gata si, ciertamente, se acomete su rehabilitación como ha prometido el Obispado de Almería. Se trata de la iglesia de Las Salinas. Lleva años viniéndose abajo, sufriendo el paso del tiempo sin que nadie le eche una mano. Ahora, es su propietaria, la Iglesia, quien está dispuesta a acometer tal empresa. Calculan que su rehabilitación supondrá una inversión que rondará los 300.000 euros. Inicialmente, buscaban el apoyo administrativo, pero la Junta no les da ni agua y el Ayuntamiento de Almería quería comprar el solar, con lo que perdería el Obispado la propiedad del inmueble y tan sólo podría usarlo; es decir, oficiar ceremonias religiosas. Se hubiera tratado de volver a la situación anterior, cuando estaba en litigio con Aetosal por la propiedad del terreno y el Obispado no estaba dispuesto. El anuncio se hizo en octubre de 2010. La pregunta es: ¿para cuándo?