Han sido dos años terribles para la profesión. Se han producido muchos despidos, demasiados, y se han cerrado medios de comunicación. Duele hasta recordarlo. A todos los periodistas de esta provincia se nos ha bajado el sueldo y se nos pide que trabajemos igual o más que antes. Nos amenazan con que si no lo hacemos nosotros, alguien –periodista o no- vendrá y lo hará. Y por menos. Nos indican sin sutilezas que nos debemos a la publicidad –privada o pública- y que no sería decoroso hacer demasiado ruido para depende de qué temas. Tratan de acallar nuestras voces, de amenazarnos, de dictarnos los titulares y los pies de foto. Muchos lo consiguen porque otros tantos se ven obligados a sucumbir.

Frente a esto pretende situarse el Anuario Crítico de la Asociación de la Prensa de Almería. Ahora, más que nunca. Es un medio en el que no existen limitaciones a la expresión, a la libertad. Los únicos –y valiosísimos- requisitos para escribir en él son la veracidad y la honestidad. No importa de qué o de quién se hable, siempre que sea noticia y que todos los matices de la misma se publiquen respondiendo a la ética y deontología profesional. En este Anuario, de carácter bienal, se abordan cuestiones que han sido actualidad y se analizan desde un punto de vista crítico; es decir, en todas sus vertientes para que los lectores extraigan sus propias conclusiones. Como en cada edición, la generosidad, esfuerzo y buena disposición de los compañeros de profesión –redactores y periodistas gráficos- ha sido indispensable para llevar a cabo este Anuario.

Cada artículo aporta su grano de arena, su color, a este arcoiris informativo que se ha tratado de trazar en el cielo informativo de la provincia tras los acontecimientos que han tenido lugar durante los últimos dos años (2011-2012). Han sido muchos e importantes: las crisis del pepino y de los partidos políticos, los recortes sociales, los desahucios, las sentencias sobre el Algarrobico o Resurrección Galera, la situación en la que se encuentran los colectivos más desfavorecidos, …

El Anuario Crítico de la Asociación de la Prensa de Almería es una gran oportunidad para abordar, con retrospectiva, la actualidad y lo que esta ha significado. Esta publicación es una seña de identidad de esta Asociación y de Almería y la sociedad debe reconocerlo y apostar por él. Desde la profesión lo tenemos claro: debe seguir existiendo. Han desaparecido ya demasiados medios, demasiadas voces como para perder otra más y tan valiosa.

De la Operación Poniente al Calar Alto, de lo que hacen y cobran nuestros políticos a las inundaciones del Levante, pasando por la crisis del pepino o el fiasco del Materno Infantil… Tienen en sus manos una nueva edición del Anuario Crítico de Almería. Echamos la vista atrás a lo que ha sido –y a veces, todavía es- noticia en nuestra provincia. Pero no es este un simple repaso. Es la visión libre, sin cortapisas, sin miedos, reflexiva, y nada complaciente de nuestros periodistas. De todos los medios, de todas las tendencias, de todos las cuatro esquinas de esta tierra. Que ceden altruistamente su trabajo, su esfuerzo, su tesón, para demostrar una vez más que esta es una profesión que vale la pena y que hay que cuidar.

Sin nosotros, piénsenlo, no sabrían qué ocurre en las esquinas más oscuras del poder; qué pasa con nuestros impuestos, con nuestra Sanidad, con nuestra Educación, que sucede en nuestras calles o hacia dónde se dirigen en realidad nuestros jóvenes… Desgraciadamente, cada vez somos menos en las ruedas de prensa.

 Es desolador.

Desaparecen los medios locales. Periódicos, radios, teles provinciales y locales han echado el cierre en los dos últimos años. En El Ejido, en Adra, en los Vélez, en Almería, medios públicos y privados han despedido a compañeros en un goteo sangrante. Talento a raudales tirado por la borda. Y cada vez que un periodista apaga su ordenador, abandona su grabadora para engrosar las listas del paro, o emigrar, no sólo ellos son los perjudicados.  Ustedes pierden también, porque les están robando libertad de ideas, de opiniones y con ello,  calidad democrática. Este Anuario es por eso una rara avis. Una bocanada de aire fresco en la que no hay más límite que el propio espacio que impone la imprenta. Un ejemplar único, imprescindible, que vuelve a nacer, a pesar de las dificultades, por la valentía de un puñado de socios que han aceptado el reto: Jose Criado, que aceptó la apuesta de editarlo de nuevo, y Marta Soler, que lo dirige. Con ellos, Inma Ramos, Chelo Rodríguez y Elisa Rodríguez. Habría sido imposible este nuevo ejemplar sin el apoyo de las instituciones, Administraciones y empresas que no han dudado en anunciarse. Creyendo desde el principio en este proyecto, dándonos carta blanca.

Ahora, les toca a ustedes juzgarlo, leerlo, disfrutarlo. Nosotros seguiremos luchando para que todas las voces, las suyas también, se sigan escuchando.