Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa".
La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.
El camino hacia el sillón
Josefina Guerrero
El Ejido conquista la Diputación
José María Granados
Masivo descaro
María José López Díaz
Unas elecciones con pocas sorpresas
Francisco Gerez
Sorpresas nos dan las urnas
Antonio Hermosa
Un hombre de temple. Perfil de Juan Carlos Usero
Fernando Cuadrado
Urbanismo bajo sospecha… pero sigue siendo el rey
2009 | Urbanismo y medio ambiente
El Ejido conquista la Diputación
2008 | Elecciones
La vida es una tómbola
2007 | Almería y provincia
Treinta y nueve años y un día…
2013 | Comunicación
El Ejido conquista la Diputación
Les salieron las cuentas. Enciso y los suyos, es decir, quienes forman el Partido de Almería (PAL) tenían razón y los votos conquistados en las elecciones de mayo le llevaron, con dos diputados, a conquistar la Diputación Provincial y ofrecerle en bandeja la presidencia al PSOE, que también ajustó sus matemáticas legitimándose como el partido más votado y con más gobiernos municipales de la provincia y con una amplísima mayoría entre los municipios menores de 20.000 habitantes que, en definitiva, deberían ser los que realmente dieran y quitaran en este asunto al ser la Corporación Provincial la institución encargada de velar por sus intereses en una provincia en la que de los 102 municipios que la componen, sólo Almería, El Ejido, Roquetas de Mar, Níjar, Adra y Vícar superan esa cifra.
La apuesta del PP cuando decidió expulsar a Enciso estaba medida, pero poco calculada. Posiblemente de haber tomado la misma decisión años atrás, cuando los incidentes que dieron con el subdelegado del Gobierno, Fernando Hermoso, en el Hospital, se podía haber frenado el fiasco del PP en el municipio ejidense, pero en mayo… en mayo la debacle popular estaba servida y, además de la pérdida del municipio, el PP fraguaba su adiós a la Diputación conocedor de pactos imposibles y de la realidad de una zona electoral dominada por los números de El Ejido. Ni siquiera la conquista de Berja con Antonio Torres como nuevo alcalde, ni la reválida superada por Mari Carmen Crespo, en Adra, fue suficiente. El peso de El Ejido y las diferencias en votos a favor del PAL en este municipio fueron suficientes.
Ni siquiera la crítica inicial de los populares, incidiendo en la inoportunidad de un pacto entre el PSOE y el PAL, es comprensible porque si es el PSOE quien gobierna con el apoyo de dos diputados del PP, qué decir de lo ocurrido en la capital, con alcalde del PP gracias a los votos de los dos concejales del GIAL-otro de los partidos surgidos de las crisis del PP provincial-. Cada cual obtiene lo que se merece, incluyendo los ciudadanos almerienses, que son, en definitiva, los que deciden y los que durante cuatro años han de evaluar realmente la gestión.
Cambio de imagen
La Diputación Provincial es, para la inmensa mayoría de los ciudadanos, la gran desconocida. De este desconocimiento es culpable el propio sistema de gestión que emplea, que a veces la confunde con otras instituciones. En este nuevo mandato, el que encabeza Juan Carlos Usero, el propósito es el de volver a impulsar la institución. Quizás por eso desde la misma noche electoral se planteó una estrategia capaz de eliminar los nubarrones que habían tapado los dos últimos años –desde la escisión popular– el valor de la institución. Y en ese camino sigue empeñado, meses después de de la toma de posesión, el nuevo equipo de gobierno provincial.
Y es que los primeros contactos para configurar ese gobierno se mantuvieron , entre Juan Enciso y la cúpula provincial del PSOE, la misma noche de las elecciones y hubo. Al día siguiente, una primera declaración de Martín Soler, legitimando un posible pacto con el «porque es un partido legitimado democráticamente porque ha pasado por las urnas». El pacto estaba servido porque el PAL no iba a mirar al PP después de dos años de enfrentamientos de todo tipo y el PSOE quería gobernar 12 años después porque era también la fuerza más votada en la provincia y con más amplia mayoría en los municipios menos de 20.000 habitantes.
Para el PAL, también las cosas estaban claras. Se sentía insultado y humillado por el PP y en las elecciones le había vencido allá donde lo necesitaba. La zona electoral de Dalías hablaba por boca de Juan Enciso, el líder y alcalde ejidense. Añez y Díaz estarían en la Diputación y facilitarían el gobierno del PSOE. Sus dos diputados lo convertían en conquistador de la Diputación.
Con ello se demostraba que la crisis del PP había tenido incidencia para este partido no sólo en el municipio de El Ejido, también en la Diputación y que sus críticas a un pacto en el que no entraba, no tenían más base que el propio pacto del PP en la capital, con otro grupo de escindidos y, si cabe, con mayor repercusión de gestión presupuestaria. Si en la Diputación, el peso de una vicepresidencia como la de Añez, era formar un equipo; en la capital, el equipo tendía desde el principio al divorcio, y si no al tiempo.
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