Más de 7,3 millones de españoles son mayores de 65 años y se espera que para 2050 esta cifra sobrepase los 16 millones. Según el último informe Las personas mayores en España, la esperanza de vida al nacer (o vida media) en nuestro país observa un crecimiento notable, sin detener su expansión, y se encuentra ya entre las más altas de la Unión Europea y del mundo, alcanzando los 79 años (75,7 para los varones y 83,1 para las mujeres). A pesar de la rotundidad de estas cifras, casi todos seguimos pensando en las personas mayores como esos abuelos indefensos, que necesitan de nuestros cuidados, e incapacitados para participar en la mayoría de los ámbitos de la sociedad actual. El estereotipo de jubilado con escasa formación y mala salud ya no responde necesariamente a la realidad, al menos no a toda la realidad que existe. ¿Contribuyen los medios de comunicación a perpetuar esta imagen de los mayores?

El poder de los medios en la formación del ideario colectivo es indiscutible. En el caso de los mayores, los expertos suelen coincidir al destacar que existe un desajuste entre la imagen que reflejan los medios de comunicación y la realidad, una realidad en la que sí que existen esos mayores vulnerables, dependientes, pero también otros muchos que viven esta etapa de la vida de forma activa, que son autónomos y que contribuyen al bienestar de sus familias y de la sociedad. Si se analizan las escasas noticias que aparecen en los medios en relación a los mayores (tanto en lo que se refiere a la prensa local o provincial como autonómica y nacional), muchas de ellas responden a sucesos, morbo y crónica negra. Un gran bloque de informaciones también hace alusión a las pensiones, aunque éstas no sólo se refieren a la población mayor, pero, en general, se trata de noticias negativas. Esta escasa presencia en los medios de comunicación, y cuando existe desde un enfoque negativo, contribuye a que las personas mayores se hagan una idea perniciosa de cómo son vistas por la sociedad que puede dar lugar a sentimientos de soledad y de exclusión.

Los mayores son un sector potencial de negocio, lo que se denomina un Nuevo Yacimiento de Empleo y, aunque parte del empresariado comienza a tener clara esta tendencia, socialmente aún no se refleja el peso y la importancia que ha adquirido la población mayor en la actualidad. En los medios de comunicación sucede lo mismo. Es paradójico que las personas mayores sean los principales consumidores mediáticos, sobre todo de televisión, y que en este medio se recojan tan insuficientemente sus inquietudes, problemas, expectativas o propuestas. La juventud en sí misma concebida como un valor impera en la pantalla y, por ende, la discriminación hacia las personas mayores es innegable. Como protagonistas en este medio los mayores tienen poco que hacer. Raramente son los personajes principales de una serie o película y tampoco se aprovecha su experiencia en el mundo de la información. Diferentes colectivos de mayores han reivindicado la necesidad de que los medios muestren el envejecimiento como una etapa más de la vida, la eliminación del estereotipo de persona mayor que suele emplearse y la inclusión de las personas mayores en los contenidos informativos y de entretenimiento en un plano de igualdad con el resto de los grupos sociales.

Nuevos medios, nuevas posibilidades

Estas exigencias bien podrían trasladarse al mundo de Internet, ya que cada vez son más los mayores que utilizan este medio y aprovechan sus ventajas. En la web, proliferan páginas de información y portales especializados en el tema. Los principales problemas que presentan estas páginas son de accesibilidad, es decir, no cumplen las normas de adaptación exigibles para que cualquier persona pueda navegar por ellas. Salvando estas dificultades, la red se constituye como instrumento muy útil para esta población, pues a través de la misma los mayores pueden ejercitar sus habilidades cognitivas, ocupar de forma productiva su tiempo de ocio, comunicarse con sus familiares y paliar la soledad que sufren muchos de ellos y realizar trámites burocráticos o administrativos sin tener que desplazarse, entre otras posibilidades. En el ámbito de la salud, por ejemplo, un mayor que sepa usar Internet puede beneficiarse de iniciativas como el servicio de cita médica ‘on line’. 

Los mayores también se han puesto las pilas en este último terreno, el de las nuevas tecnologías, avanzando un poco más en el camino por destruir esa falsa imagen estereotipada del colectivo y rompiendo así con lo que se denomina ‘brecha digital’. El retrato del anciano tradicional ya no nos sirve, los mayores de hoy quieren participar, gran parte de ellos gozan de la salud y las ganas para hacerlo, no se sienten “viejos” ni incapacitados, aportan mucho a la sociedad y los medios pueden contribuir a que todos conozcamos ese importante papel activo que juegan.