Cuando pica el Mosquito Tigre, la principal incomodidad es la picadura, que deja una aureola entumecida que puede durar varios días. De ello hay numerosos testimonios de vecinos y visitantes de Roquetas de Mar, donde este insecto campa a sus anchas, tras instalarse rápidamente en aquellas zonas donde existen grandes encharcamientos, como Las Salinas o Punta Entinas, generando año tras año graves problemas para la población. Si además, como ocurrió en 2010, el año resulta muy lluvioso, la situación se hace mucho más problemática si cabe, y más grave aún si, como en este caso, las administraciones no se ponen de acuerdo para actuar con la debida contundencia.
La presencia de este insecto de picadura profunda en Roquetas de Mar es una historia que viene repitiéndose año tras año, sin que se tomen medidas para erradicarla, convirtiendo al Mosquito Tigre en un turista más, eso si agresivo y molesto, del que está considerado como municipio turístico por excelencia de la provincia. Durante los meses de invierno los adultos se refugian en estos lugares de los que ha hecho su hábitat, para iniciar de nuevo su actividad reproductora con la subida de las temperaturas y el alargamiento del fotoperiodo, siendo entre julio y septiembre los meses en que estas plagas muestran su máxima actividad.
En previsión de lo que se avecinaba, en marzo, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, en Junta de Gobierno, resolvía requerir a la Consejería de Medio Ambiente, a la Agencia Andaluza del Agua, a la Consejería de Salud y a la Dirección General de Costas, a cuyas administraciones consideraba el Ayuntamiento como titulares y gestoras de los citados espacios, para que de «forma urgente» se procediera a la ejecución de un Plan de Lucha Integrada para evitar la proliferación de estos insectos. Sin embargo, semanas después desde la Consejería de Medio Ambiente se informaba que la competencia de lucha contra los mosquitos corresponde a los ayuntamientos. Se reavivaba así una disputa política por las discrepancias sobre las competencias a la hora de actuar.
No obstante la Delegación Provincial de Medio Ambiente propició en abril una reunión con los técnicos del Servicio de Control de Mosquitos del Área de Medio Ambiente de la Diputación Provincial de Huelva, especialistas con amplia experiencia en este tipo de situaciones en espacios naturales, como en las marismas del Parque Nacional de Doñana, quienes presentaron un estudio, encargado por la Junta de Andalucía, sobre la presencia de estos insectos en el Paraje Natural de Punta Entinas-Sabinar y su entorno. El citado estudio fue puesto a disposición de los municipios, también a El Ejido, para que sus ayuntamientos tomasen las medidas pertinentes para atajar esta situación.
En base al citado informe, el Ayuntamiento roquetero ponía en marcha un plan en un intento por conseguir una solución definitiva a los problemas de los mosquitos. Un operativo formado por ocho personas, además de tres tractores con cubas de pequeña y gran capacidad, y dos vehículos dotados con cañones de fumigación y diversas mochilas individualizadas, trabajó intensamente al comienzo del verano, pero solo sirvió para mitigar ligeramente los efectos, pues los mosquitos seguían campando a sus anchas, mientras los vecinos de Las Salinas permanecían encerrados en sus propias viviendas atemorizados por la presencia del tan temido insecto, buscando como protegerse contra los efectos de sus picaduras, a la vez que la demanda de productos antiinsectos en las farmacias y comercios del municipio fue tan evidente como constante. Desde la Delegación Provincial de Salud se confirmaba un aumento significativo en las picaduras y se aseguraba que los casos tratados en sus centros y dependencias eran todos de carácter leve y local.
La disputa política continuaba abierta, con nuevos frentes, está vez a nivel local, donde PSOE e Izquierda Unida responsabilizan de la situación al gobierno popular del municipio. Los socialistas señalando directamente a la mala gestión del alcalde, y recordando que Roquetas era el único municipio costero de Almería invadido por los mosquitos, criticando con ello la falta de planificación municipal. “Mientras desde finales de febrero otros ayuntamientos han iniciado planificaciones o actuaciones directas contra la proliferación de estas plagas, ya sea por sí mismos o en colaboración con otras administraciones, el gobierno local de Roquetas pasa por responsabilizar a los propios vecinos por los depósitos de basuras y a otras administraciones, eludiendo sus propias competencias”.
Por su parte desde Izquierda Unida, se criticaba el modo con que se había actuado desde el consistorio con el relleno de las charcas salineras con descargas de restos de algas y residuos plásticos proveniente de la limpieza de playas, lo que a su juicio en vez de mejorar empeoraba la situación, al generar nuevos focos de cría de mosquitos e insectos. Desde la formación de izquierdas se llegaba a acusar al gobierno local de convertir el tema de los mosquitos en ariete para eliminar las pocas zonas naturales del municipio, si bien también era critica con la dejadez y pasividad que la Junta de Andalucía y el Gobierno Central, han venido mostrando sobre el mantenimiento de las zonas infectadas por las plagas y en noviembre anunciaba que elevaría nuevamente su denuncia a la Fiscalía de Medio Ambiente.
Con su llegada el invierno escondió el problema, pero la sabia naturaleza sigue su curso y en las charcas salineras de Roquetas, miles de huevos completan su desarrollo embrionario a la espera de su eclosión. Es, según los técnicos, el momento más idóneo para actuar, ¿pero realmente se está actuando?. Pronto saldremos de dudas y sabremos si unos y otros siguen pasándose la pelota de las competencias, o si ¡por fin!, se ha producido esa esperada y necesaria colaboración que obligue al Mosquito Tigre y a las demás plagas de insectos a buscarse otro lugar en donde hacer turismo.