El discurso utilizado por los políticos en la campaña electoral de las municipales de 2011 estuvo marcado  por la atonía y el aburrimiento. Los candidatos, a la repetición de clichés. (sólo recuerdo el slogan del PP- ‘Me gusta Almería’ – y el de Izquierda Unida, ‘Rebelate’. Su campaña muy enfocada a recoger el voto de aquellos desencantados con el PSOE y el de los enfadados. Consiguieron un concejal más. Espero acordarme antes de terminar este artículo del slogan socialista.

¿Cómo explicar esta campaña tan atípica, que no contagió a los ciudadanos?

Ya lo dijimos. Todos sabían, unos con alegría y otros con resignación quién ganaría. El probable ganador tenía todo a su favor (Zapatero, Usero, Griñan, paro, escándalos...). Las encuestas decían que el probable ganador sería, sin duda el probable ganador. La campaña del rival, resultó intrascendente, prometía lo mismo que hace años ya estaba haciendo el probable ganador, el discurso del gran perdedor, Juan Carlos Usero,  PSOE, dejaba clara su incapacidad de ser alternativa. Ya estaba redactado un manual para perder las elecciones sobre la base de lo que día a día estaba haciendo el más que probable derrotado. Así las cosas, el Partido Popular ganó las elecciones municipales en Almería  por tierra, mar y aire. Los populares lograron una aplastante victoria en la capital, donde alcanzaron los 18 concejales y conquistaron la Diputación Provincial. El PP daba en las elecciones municipales del 22 de mayo el mayor trofeo que esperaba el por entonces presidente andaluz, Javier Arenas. Trío de ases. La formación política hizo historia en la provincia al alcanzar de nuevo el poder en la Diputación, dieciocho representantes, 18 también los concejales obtenidos por el PP en la capital, que batía el récord que hasta ahora tenía el PSOE. Y el tercer as que se tenía guardado el partido de la gaviota fue la mayoría absoluta en El Ejido, donde volvió a presentarse Juan Enciso tras pasar por la cárcel. Esta vez no pudo ser.

Es necesario recordar las claves que ayudan a obtener el triunfo en las convocatorias electorales. Aunque el trabajo político es fundamental, también se requiere el conocimiento y adecuada aplicación de métodos y herramientas de otras disciplinas y técnicas, como la mercadotecnia.

Sacamos a escena al PP: un ‘super video’ en las redes sociales y un candidato, Luis Rogelio Rodríguez, arengando que le gusta Almería y no machacar al oponente le bastaron. Con un par, vino y tango.

Turno ahora para el PSOE: una charanga, una ‘merendica en la Molineta…  Juan Carlos Usero, perdió. Primero, indisciplina para seguir la estrategia que se había trazado, segundo, las pugnas que se dieron en el interior de su equipo. También estaban frescas las andanzas al frente de la Diputación.

Y llegaron los debates, quizás, los más intensos en las redes sociales. También en la televisión e, incluso, cara a cara en la radio;  en la SER; aquí el tiempo que se tardaba de la Plaza de Toros a los estudios, fue objeto de subir a un coche  a un notario para levantar acta del tiempo invertido. Dicen que un buen debate electoral puede modificar hasta varios puntos la previsión de unos resultados.

Mirando a uno y a otro, -Luis Rogelio Rodríguez (PP) y Juan Carlos Usero (PSOE)  Recuerdo lo de la tortuga en un poste. Los políticos y legisladores, son como una tortuga en un poste. Si vas caminando por el campo y ves una tortuga encima de un poste de una alambrada haciendo equilibrios, ¿qué se les ocurre?

Primero: no entenderás cómo llegó ahí, segundo: no podrás creer que este ahí, tercero: estarás seguro que no debería estar ahí, cuarto: no pudo haber subido sola ahí y quinto: Será consciente que no va a hacer nada útil mientras este ahí. Entonces lo único sensato sería ayudarle a bajar.  Al candidato del PSOE, Usero López, nadie le ayudó a bajar. Tampoco quiso ayuda. Más tarde se la pegaría con todo el equipo (el peor resultado de las historia, siete concejales).

Y llegarán otras citas electorales, pero cada vez podemos menos. Los ciudadanos no queremos más tortugas en el poste, nos merecemos alguien que no nos mienta, necesitamos a alguien que sea eficiente, que no robe y que dé la cara. ¿Es mucho pedir?