Portada diseñada por Quinita Villacampa. Obra finalista del certamen de obra gráfica "Día de la libertad de Prensa".
La Asociación de la Prensa y la Escuela de Arte, convocaron el I Concurso de Obra Gráfica. El requisito imprescindible fue que todas las obras estuviesen inspiradas en el artículo 20 de la Constitución. La portada de este Anuario, finalista de dicho certamen, representa un ratón de ordenador arrastrado por una cadena de grandes dimensiones.
Naturaleza al límite
Yolanda Torrente
A solas con el mar
Mónica España
El espejismo del Almanzora
Paqui Martínez
Ley seca... en la calle
Noelia Lázaro
Otro cine es posible
Evaristo Martínez
Turismo de golf: verdades y mentiras. En busca del hoyo uno
Sonia Arráez Fernández
Año negro para tres de las pocas industrias de Almería
África Mateo
El ladrillo, nueva especie protegida en el Parque
Guadalupe Sánchez
Lucha integrada, volviendo a las raíces
Juanma López
Residuos en pimiento. De crisis a oportunidad
Armando García
Un sueño cumplido
Antonio Verdegay Flores
La brecha sanitaria
María José Uroz
El lío de las tortugas
Jesús Pozo
El pollo del Toyo
Elio Sancho
¿Qué es lo que falla?
Lola López
Los cementerios salen del túnel del tiempo
Ana Galera
Un solitario por `obligación´. Perfil de Jesús Peñalver
Elena Torres
Lucha integrada, volviendo a las raíces
2008 | Análisis y Reflexión
Lucha integrada, volviendo a las raíces
La primera vez que tuvimos conocimiento en Almería del concepto de ‘lucha integrada’ o ‘lucha biológica’, sucedió a mediados de los 90. Se trataba de un novedoso sistema introducido por una empresa holandesa, que su fundador, Ian Koppert, ideó y desarrolló a finales de los años 60. Consistía en la introducción de insectos predadores de las plagas que afectan a los cultivos de la hortaliza en los invernaderos de la zona. Su aplicación comenzaba a desarrollarse tímidamente en Almería desde finales de los 90 y sin embargo, sólo en el término municipal de El Ejido se ha pasado este 2007 de 1.000 a más de 7.000 hectáreas que dan una idea global del éxito que está teniendo su implantación, habida cuenta de que en este municipio existen algo menos de unas 14.000 hectáreas de cultivo bajo plástico.
A parte de por sus exitosos resultados, su utilización se ha multiplicado este año en el poniente almeriense por la crisis que sufrió el pimiento al principio de la pasada campaña, cuando el Ministerio de Consumo alemán advertía acerca de riesgos para la salud por el consumo de pimientos de Almería tras tomar seis muestras del género español y encontrar restos de Isofenfus Metilo, un fitosanitario no autorizado que reavivó las presiones de diferentes países europeos para que se reduzcan los niveles de residuos de pesticidas en frutas y hortalizas, así como el espectro de materias activas que se utilizaban, algo que se aceleró además por las buenas noticias que se iban conociendo acerca de la lucha biológica, que propició que los ministros de medio ambiente de la Unión Europea acordaran llevar al Parlamento una propuesta para reducir en un 50% los fitosanitarios empleados en el campo, generando una gran preocupación en el sector de la industria auxiliar agrícola que salía en defensa de sus propios intereses apoyada por varias organizaciones agrarias, e incluso instituciones públicas, que advertían de las graves consecuencias de retirar del mercado ciertas sustancias activas para las que aún no existen sustitutos efectivos con los que hacer frente a determinados tipos de plagas sobre las que la lucha biológica no consigue produce los resultados esperados.
Sustancias prohibidas
Paradójicamente, en momentos en los que parece que comienza a producirse un cambio de mentalidad en cuanto a como afrontar la lucha contra las plagas pasando de un sistema que genera problemas, como la acumulación de residuos químicos, y los consiguientes problemas de comercialización que plantea actualmente, surgen nuevos casos de incautación de pesticidas e ilegales que trataban de distribuirse en el campo almeriense.
Esto nos plantea una reflexión sobre las situaciones que surgen cuando un agricultor se ve acosado por una plaga contra la que la lucha integrada ha fracasado y los pesticidas convencionales resultan ineficaces. En estos casos, muchos productores no dudan en recurrir a pesticidas prohibidos pese al grave daño colectivo que con su uso pueden ocasionar, y hacen lo necesario por salvar la cosecha pensando en la mayoría de los casos que con esperar un tiempo suficiente de seguridad será lo bastante para conseguir que las sustancias residuales desaparezcan. Es una situación que también podríamos entender que se produce como consecuencia de otra conducta poco planificada por el agricultor, como es la falta de contratación de seguros que prevean esta circunstancia, y los ‘camellos’ de los pesticidas ilegales sirven aquello que esté dispuesto a pagar un agricultor desesperado.
Previsiones optimistas
Los resultados de este comienzo de campaña en cuanto a control de plagas con lucha biológica continúan siendo bastante positiva, pese a que las altas temperaturas y el fuerte viento que ha azotado la provincia en los primeros días del otoño causaron importantes daños en los cultivos. Muchos agricultores se estrenaban con lucha integrada con mal pie, sobre todo los que hacían una fuerte apuesta por este sistema y sin embargo veían cómo perecían el 40% de los insectos que ya se habían instalado en un primer momento en sus explotaciones.
Afortunadamente, pese a estos problemas, la mayoría de los agricultores se están mostrando muy satisfechos por los resultados y en muchos casos parecen incluso haber descartado ya la posibilidad de volver algún día de nuevo a los fitosanitarios (excepto causa de fuerza mayor).
Durante la celebración de la Vigésimo Tercera Expo Agro-Almería el Control Biológico de Plagas también ha estado muy presente en stands y conferencias, donde se a abordado su evolución y se han dado a conocer los balances de la pasada temporada en los que han destacado las buenas expectativas que presentan.
Agricultura ecológica
Inevitablemente este concepto, el de lucha biológica, es motivo de obligada referencia a la agricultura ecológica, que de un modo más natural si cabe aún viene aprovechando las herramientas que la propia naturaleza ofrece a la hora de combatir los parásitos de las plagas. Precisamente también en los últimos meses este nuevo, aunque en realidad más bien deberíamos decir recuperado concepto de agricultura, está en pleno auge debido precisamente a las nuevas condiciones de mercado. Son cada día más y más los agricultores que se interesan por esta forma de cultivar y su número aumenta año tras año. Sin embargo, se trata de un sistema productivo que guarda una gran diferencia en relación a la agricultura intensiva, y no sólo rechaza los químicos como insumos para la lucha contra las plagas, sino que además descarta el uso de abonos sintéticos en su desarrollo, con lo que el volumen productivo y tamaño estandarizado de las hortalizas que actualmente exigen los mercados que abastecemos no pueden ser satisfechos. Por esta razón, el mercado ecológico nace buscando sus propios clientes, aunque no se encuentra sólo en esta labor y algunas administraciones comienzan a apoyar su producción creando campañas de concienciación a través del suministro de este tipo de productos a los colegios, y la creación de un novedoso plan de producción ecológica andaluza además de la creación de campaña dirigidas a la población en general.
La llamada agricultura ecológica viene a ofrecer otro tipo de producto en el que prima la garantía de la calidad en forma de pureza natural, frente una hortaliza de aspecto saludable e imagen impecable, pero que en muchos casos ha desvirtuado su sabor e incluso en alguna ocasión ha llegado a comprometer salubridad si se consume habitualmente o en grandes cantidades.
Se trata de comercializar un fruto que vuelve a reunir todas las garantías de la producción tradicional, que hasta hace muy pocos años se ha estado produciendo en este mismo suelo. Resulta paradójico que frente a unas hortalizas de mayor tamaño y mejor aspecto, este tipo de producción recuperada consiga mejores precios en los mercados por quienes son capaces de apreciar su verdadero valor, el del sabor frente al de su aspecto.
Aun así no se prevé que éste sea el futuro de la totalidad de la producción hortícola del poniente, sino una opción comercial más de las hortalizas almeriense, que pese a las adversidades, han sabido abrirse un hueco y labrarse nombre propio tanto en los mercados nacionales como europeos por méritos propios, haciendo gala año tras año de una gran capacidad de respuesta ante la demanda del consumidor y las exigencias de los mercados
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